No la volví a ver. El avión despegó del aeropuerto de Bruselas en una mañana gris del 2000 (¿abril, mayo?), aterricé en la gélida Londres –Heathrow, creo–, tomé el obligatorio bus a Cambridge, busqué mi viejo discman Sony (que tenía una grieta en la tapa) y puse el Pieces of You (1995), el primer álbum que compuso ese orgullo de Alaska llamado Jewel, una rubia de dientes imperfectos que ha escrito canciones para romperte el corazón a pedazos.
Ese disco, sin planearlo, se había convertido en nuestra banda sonora, la mía y la de ella, la chica belga que había aprendido a decir en perfecto español la ilustre frase: «no sea bobo». Su canción favorita era Near You Always, el track número cinco. Y la mía siempre ha sido esta, You Were Meant For Me, una letra triste que habla de una ausencia, de una relación que no fue, de pequeños recuerdos, de una vida que no va bien a solas, y bueno, como dice la canción: «Same old story / Not much to say / Hearts are broken /everyday«.
No sé cuántas veces escuché You Were Meant For Me camino a Cambridge. Solo sé que nunca la volví a ver, solo quedan vagas memorias de Bruselas. A la que sí pude ver después fue a Jewel, en un pequeño concierto en Madrid, en la sala La Riviera; ella tenía un brazo roto y no pudo tocar la guitarra esa noche, pero, por supuesto, interpretó esta canción (aquí la letra). Creo que es un tema muy triste para comenzar un viernes de sol bogotano, pero eso es lo que hay (otra versión del tema, en vivo, en 2006, en este enlace).
T.A.P.: The Anxiety Project 
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